VENERABLE
TERESA ENRÍQUEZ
1450 - 1529
Teresa Enríquez de Alvarado (Medina de Rioseco, 1450 - Torrijos, 4 de marzo de 1529) fue una dama de la nobleza castellana, famosa por su religiosidad y su dedicación a las obras de caridad.
Devota del Santísimo Sacramento, se dedicó a su exaltación durante los años de retiro en nuestra Villa de Torrijos una vez fallecido su marido Gutierre de Cárdenas.
A ella se debe la fundación de la Hermandad del Santísimo Sacramento de Torrijos, la cual fue la primera de las de España. También se le debe la construcción de nuestra Colegiata de Torrijos en honor del Santísimo Sacramento, así como la fundación del convento de la Concepción, tanto en Torrijos como en otras poblaciones y dos hospitales, Consolación y Santísima Trinidad.
Proceso de Canonización
Varias veces, cristianos admirados por la figura de esta mujer han intentado impulsar su proceso de canonización. El último intento, antes del actual, fue en 1920. Después, en 2001, se inició en Toledo la fase diocesana del actual proceso, que se clausuró con un acto solemne en noviembre de 2002. La causa fue elevada a la Congregación de las Causas de los Santos en el Vaticano, Doña Teresa Enríquez, fue declarada "Sierva de Dios" tras la examinación del informe y dictado del decreto "Nihil Obstat". El Relator redactó la "Positio".
Tras la discusión de la misma por la Comisión de Teólogos y su aprobación y con sentencia favorable de los obispos y cardenales del Dicasterio para las Causa de los Santos, el 23 de marzo de 2023 el Santo Padre autorizó la promulgación del Decreto que reconoce las Virtudes Heroicas de Teresa Enríquez, siendo reconocida como "Venerable". En Torrijos (Toledo) existen una calle y un centro de enseñanza con su nombre.
OFM Postulador General de la Causa: P. Giovan Giuseppe Califano
Anterior Postulador de la Causa: P. José Luis Cepero
Parte Actora de la Causa: Monjas Concepcionistas de Torrijos
ÚLTIMAS NOTICIAS
El día 23 de marzo de 2023, el Santo Padre Francisco recibió en audiencia al Cardenal Marcello Semeraro, Prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, y autorizó la promulgación del Decreto sobre las Virtudes Heroicas de la Sierva de Dios Teresa Enríquez de Alvarado, laica y madre de familia, nacida en Valladolid (España) en 1456 y fallecida en Torrijos (España) en 1529.
Entrevista sobre Doña Teresa Enríquez en Radio Santa María de Toledo
Torrijos, 25 de octubre de 1926.
Los restos de doña Teresa Enríquez son expuestos al público.
Cuerpo Incorrupto de la Venerable Doña Teresa Enríquez
en el Monasterio de las Concepcionistas de Torrijos
Oración para la causa de canonización
Jesús Sacramentado que quisiste quedarte con nosotros hasta la consumación de los siglos, por mediación de tu sierva Teresa Enríquez, que por su profundo amor a la Eucaristía mereció ser distinguida por el Papa Julio II con el sobrenombre de "LOCA DEL SACRAMENTO", te rogamos nos concedas una mayor correspondencia a tu amor, un mayor crecimiento del culto, adoración y amor a la Eucaristía en todo el mundo, y la gracia especial que te pedimos.
Padrenuestro, Ave, y Gloria.
"JESÚS SACRAMENTADO, GLORIFICADOR DE QUIEN TE GLORIFICA, PARA FOMENTO DEL CULTO EUCARÍSTICO CONCÉDENOS VER PRONTO EN LOS ALTARES A TU INSIGNE GLORIFICADORA TERESA ENRÍQUEZ"
Con Licencia Eclesiástica
Rogamos comuniquen las gracias recibidas a: Monasterio de la Inmaculada Concepción de Torrijos
¿QUIÉN FUE "la loca del sacramento"?
Teresa Enríquez de Alvarado nació hacia 1450 en Medina de Rioseco y murió el 4 de marzo de 1529 en su señorío de Torrijos (Toledo).
Criada por su abuela en austeridad franciscana
Fue hija del Almirante de Castilla y señor de Medina de Rioseco, Alonso II Enríquez. No conoció a su madre que murió al poco de nacer ella. Su abuela paterna, Teresa de Quiñones, la educó en el monasterio franciscano de Valdescopezo y aprendió de ella su fe y austeridad.
Se casó hacia 1470 con Gutierre de Cárdenas, y como matrimonio apoyaron desde el principio a Isabel y Fernando, los Reyes Católicos. En 1503 murió su esposo, y después de litigar con los hijos Teresa Teresa encontró en la cruz de Jesús la fuerza de su espíritu. Consiguió gestionar su gran riqueza, que ya antes de enviudar dedicaba a infinidad de obras de caridad.
Con la ayuda del sacerdote sevillano Fernando de Contreras se volcó en la atención de enfermos, ampliando y fundando hospitales, especialmente impresionada por los efectos de la peste.
Impulsó un colegio de huérfanos y un sistema de dotación para chicas huérfanas. Trabajó por la reinserción de prostitutas, buscándoles oficio y marido.
El padre Contreras, llamado por algunos "apóstol de la Berbería", estaba volcado en rescatar cautivos de los moros en el Norte de África, y ella colaboraba en financiar esos rescates. También creó escuelas para médicos y músicos.
Pionera en la devoción al Santísimo Sacramento
Aún antes de estallar la ruptura que significó el Protestantismo en Europa, ella ya veía la necesidad de impulsar el culto eucarístico. Supo que en Italia había cofradías del Santísimo Sacramento, a las que envió ornamentos y rentas. Después impulsó la creación de las primeras cofradías y hermandades de devoción al Santísimo Sacramento en España, empezando por Torrijos. Teresa consiguió del papa Julio II una bula con privilegios para esta Asociación Eucarística y licencia para fundarla en Torrijos. Así se logró en 1508, y desde Torrijos se extendieron a toda España, y más tarde a gran parte de Europa. El Papa Julio II, que recibía sus cartas y peticiones, la llamaba, como elogio, “Loca del Sacramento y embriagada del vino celestial”.
Como otras grandes figuras del Renacimiento, su genio buscaba edificar y financió la construcción de la colegiata de Torrijos en honor del Santísimo Sacramento y así la fundación de conventos de concepcionistas.
Cuando su esposo adquirió Torrijos, contaba con 500 habitantes (200 eran judíos en su barrio de la judería). Teresa, al morir su esposo, buscó convertirla en una monumental "ciudad de Dios": un palacio, dos hospitales, dos conventos, una colegiata… Tardó en levantarlos menos de 20 años. Su sistema de financiación funcionó bien hasta que en 1836 fue afectado por la Desamortización de Mendizábal.
Ella misma daba de comer a los pobres
El arqueólogo Jorge Morín explica que Teresa "era famosa por dar ella misma de comer a los pobres que se iban acercando a su villa en los dos hospitales de Torrijos". Asegura que el Hospital de la Santísima Trinidad fue "el primer hospital higienista que se construye en España durante el reinado de los Reyes Católicos. Fue diseñado con una arquitectura que hacía pedazos los oscuros trazados medievales. Todo era luz y áreas de ventilación”.
En el hospital había una zona de hombres y otra de mujeres. Un cirujano, un mayordomo y seis oficiales cuidaban diariamente de los enfermos. El terremoto de Lisboa de 1755 deformó algo sus columnas, pero se usó como hospital hasta la invasión napoleónica.
Su impresionante Colegiata en honor al Santísimo Sacramento se terminó en 1518. Teresa la dotó de una renta perpetua, lo que la convirtió en una de las más ricas de España. De estilo gótico flamígero, su gran fachada entremezcla instrumentos musicales, notas, partituras y spolias andalusíes; es decir esculturas, relieves o frisos procedentes de otros edificios. Enríquez era una gran aficionada a coleccionar obras nazaríes. En la nave principal del templo se localiza el sepulcro renacentista de la mecenas y su esposo.
La muy rica Teresa Enríquez, que levantó enormes edificios, vivió como laica humilde y penitente sus últimos años, en un diminuto habitáculo, lo que se llamaba ser "emparedada". Dejó escrito: "Suplico con humildad que después de mi fallecimiento y funerales, como dejo ordenado en mi testamento, saquen mi cuerpo de la bóveda adonde estuviere, y con toso secreto se ponga en nicho de pared cerrado: de modo que no se ponga señal alguna por donde está".
Un religioso descubriría su tumba oculta en 1688: estaba de pie, como había ordenado, sin tapa, empotrado en la pared. Dentro estaban sus restos incorruptos. Su cuerpo fue trasladado al convento de las Hermanas Concepcionistas, donde hoy está el Ayuntamiento de Torrijos. Ahora su cuerpo incorrupto se encuentra en el actual Monasterio de las Monjas Concepcionistas de Torrijos.
"Su cuerpo incorrupto, que se puede contemplar, es un perfecto reflejo de lo que fue. Fue criticada porque la enterraron con un traje de terciopelo rojo, una tela carísima en la época y que rompía su imagen de mujer alejada de las riquezas. Lo que se descubrió después es que bajo ese traje que mostraba su coquetería ocultaba los hábitos de una humilde monja. Una mujer excepcional”, explicaba el arqueólogo Morín en El País hace unos años.
Gutierre de Cárdenas y Teresa Enríquez presentando a la Reina Isabel la Católica al hombre que sería su marido, D. Fernando
DOCUMENTOS
POESÍA A DOÑA TERESA
Por su amor y rendimiento
que tuvieron su alma presa,
se llamó doña Teresa
la Loca del Sacramento.
¡Su alma que volaba en pos
de la luz y la alegría:
en pos de la Eucaristía
que es locura de un Dios!
José María Pemán
POESÍA A TERESA ENRÍQUEZ
Tu corazón abrasado de
sagrada Eucaristía,
fue caridad día a día
del pobre y necesitado,
por tu ardiente apostolado
de Cristo como sustento,
dignificó tu estamento el papa Julio II proclamándote ante el mundo
la loca del Sacramento
Antonio Martín - Andino
SONETO A TERESA ENRÍQUEZ
Bella mujer de estirpe castellana,
de sagaz y de franco pensamiento
te embargaba el ajeno sufrimiento,
te inundaba de amor la pena humana.
Hiciste de este mundo una ventana
con suma Fe y mayor discernimiento,
para asomarte, al Santo Sacramento,
de quien fuiste, su loca cortesana.
Huyendo de la Corte y la grandeza,
diste el alma a cualquier necesitado,
haciéndote plegaria y donación.
Hoy Torrijos, con júbilo te reza,
por dejar el Amor como legado...
Colegiata en eterna evocación.
Rocío López González
ROMANCE A DOÑA TERESA
La corte de los monarcas
De las tierras españolas
Fue la cuna, do naciera
Del Sacramento, La Loca:
La santa Teresa Enríquez
Digna y merecida esposa
De don Gutierre de Cárdenas,
De regia estirpe, matrona,
Madre arquetipo, solícita
Cuanto cortés y afectuosa
Dama de Corte, que cumple
Menospreciando lisonjas.
De toda virtud, modelo,
Huyó siempre de la pompa
Mundanal, y sus caricias
Para el pobre guardó todas.
Consejera irreprensible
De nuestra Isabel Católica,
Y de las Sacramentales
Ibéricas, fundadora.
De su grandeza inaudita
Su testamento es la sombra:
Siendo deplorado su óbito
Cual el de la madre propia.
Tal fue - y fue siempre creído –
La noble y santa Señora
TERESA ENRÍQUEZ primera
Según la veraz historia.
Juan Moraleda y Esteban
EVENTOS DESTACADOS
DECLARACIÓN VIRTUDES HEROICAS
23 de Marzo de 2023
VENERABLE TERESA ENRÍQUEZ DE ALVARADO
En la audiencia de esta mañana con el cardenal Marcello Semeraro, Prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, el Papa Francisco autorizó la promulgación de los Decretos que reconocen las virtudes heroicas de la Sierva de Dios Teresa Enríquez de Alvarado, madre de familia.
Una madre generosa y atenta al prójimo
Teresa Enríquez de Alvarado, que vivió en España entre los siglos XV y XVI, fue educada desde niña en la fe. Dama de compañía de Isabel de Castilla, por deseo de la familia se casó con un ministro de la soberana. Tuvo cuatro hijos, pero enviudó en 1503. La firmeza de su fe y su amor a Jesús Eucaristía la llevan a apartarse de la pompa de la corte española para dedicarse a la oración y a las actividades caritativas. Se retira a Torrijos, cerca de Toledo, donde lleva una vida austera y se dedica a los pobres. Hace de madre y educadora de niños que quedaron huérfanos a causa de la peste y el hambre, se ocupa de niñas y mujeres de la calle, atiende a los enfermos y trabaja para reavivar el culto al Santísimo Sacramento. También administró el patrimonio familiar con inteligencia y prudencia, destinándolo sobre todo a obras de caridad y a la construcción de lugares de culto, y contribuyo a la fundación de varias cofradías, un monasterio y cuatro conventos. Murió el 4 de marzo de 1529 y en los últimos tiempos su figura ha aflorado en los Congresos Eucarísticos.
Venerable Teresa Enríquez de Alvarado
RESTAURACIÓN BULA PAPAL 1508
19 de Enero de 2014
BULA PAPAL "PASTORI AETERNI"
Tras la celebración de la Santa Misa se presentaba ante los torrijeños la Bula Papal de 1508 conocida con el nombre de "Pastori Aeterni" recientemente restaurada gracias a la aportación y colaboración del historiador Adolfo Aguado, la Hermandad Sacramental y el Consistorio torrijeño.
A través de este preciado documento promulgado por el Papa Julio II se confirman las fundaciones de Doña Teresa Enríquez, tanto de la Cofradía de Roma (la de San Lorenzo in Dámaso) como la de Torrijos que estaba instalada en la parroquia de San Gil (Cofradía del Corpus Christi).
Personalidades de Torrijos junto a la Bula
Torrijeños contemplando la Bula Papal de 1508
Bula Papal "Pastori Aeterni"
RECIBIMOS LA BULA PAPAL "PASTORI AETERNI"
25 de Abril de 2013
LLEGADA DE LA BULA
Gracias al historiador D. Adolfo, nos llega la Bula Papal "Pastori Aeterni" de 1508 por la cual se funda la Archicofradía Sacramental en Torrijos. A los pocos días será enviada a restaurar para mantenerla en el Museo de la Colegiata de Torrijos.
Abriendo la Bula Papal
Bula Papal "Pastori Aeterni" en Torrijos
Detalle del nombre del Papa Julio II
Firma del Papa Julio II
Detalle de la Bula Papal de 1508
INAUGURACIÓN IMAGEN DOÑA TERESA ENRÍQUEZ
10 de Marzo de 2012
TERESA ENRÍQUEZ INMORTALIZADA EN EL CLAUSTRO DEL AYUNTAMIENTO
La administración local de Torrijos plasma de forma eterna una imagen de una de las mujeres más importantes de la historia de la villa. Su ‘señora’, la llamada ‘Loca del Sacramento’, fundadora y patrona de la Colegiata local, murió un 4 de marzo de 1529.
Su rostro, ha quedado inmortalizado en una de las paredes del claustro del Palacio de Don Pedro I, sede del consistorio, donde se descubrió ese medallón con el que la Archicofradía y el Ayuntamiento rindieron homenaje en el 483 aniversario de su muerte. Al acto acudieron el alcalde, Juan José Gómez-Hidalgo, acompañado de su corporación, la diputada nacional torrijeña, Rocío López, el párroco local, Federico Vega y la presidenta de la Archicofradía, María del Mar entre otros representantes de la sociedad torrijeña.
Descubriendo la imagen de Doña Teresa
Personalidades de Torrijos junto a la imagen
PLACA EN MEMORIA A TERESA ENRÍQUEZ
4 de Marzo de 1979
450º ANIVERSARIO DE SU FALLECIMIENTO
El 4 de Marzo de 1979 se celebró en Torrijos el 450º Aniversario del Fallecimiento de Doña Teresa Enríquez, y con este motivo se colocó en la parte exterior de la fachada lateral de la Colegiata de Torrijos esta placa en su memoria.
Adjuntamos algunas de las adhesiones que, con motivo del 450º Aniversario de su fallecimiento se llevaron a cabo por distintas personalidades para pedir la apertura del proceso de beatificación.
Doña Teresa Enríquez, llamada la “Loca del Sacramento”, nos indica con su vida cuál ha de ser el centro vital de todo cristiano: la Eucaristía, en la que quiso quedarse Jesucristo, el Señor, para ser nuestro alimento y compañero en la peregrinación hacia la Patria.
Cardenal TARANCÓN
El amor al Santísimo Sacramento fue el norte de su vida entregada al apostolado y al servicio de los necesitados. Cercano ya el 450 aniversario de su muerte, la Iglesia todavía percibe la suave fragancia del testimonio de doña Teresa Enríquez, la “Loca del Sacramento”.
La Iglesia Colegial de Torrijos es testigo de aquella generosa entrega a Jesucristo que puso en movimiento a toda la cristiandad en torno a la Eucaristía. ¡Cuánto puede la fe de los cristianos cuando es auténtica y consecuente!
GABINO DÍAZ MERCHÁN (arzobispo de Oviedo)
Con nuestro ferviente deseo de que la locura de doña Teresa Enríquez nos contagie a todos en el amor al Santísimo Sacramento.
JUAN CARLOS Rey y SOFÍA Reina.
Placa conmemorativa a Teresa Enríquez
III CONGRESO EUCARÍSTICO
25 de Octubre de 1926
LOS RESTOS DE DOÑA TERESA ENRÍQUEZ FUERON EXPUESTOS AL PÚBLICO
El cura párroco de Torrijos, Liberio González llevaba meses engalando la villa para la solemnidad del día. Se construyeron cuatro arcos vegetales para decorar la carrera por donde pasó la procesión y todas las ventanas estaban adornadas con banderas u otros símbolos. En aquella jornada histórica, desde muy temprano se observó gran animación por las calles. Entraron varios trenes repletos de viajeros. Otros congresistas, en número superior a 3.000, lo hicieron por carretera. A las 11 horas llegaron en automóvil el arzobispo de Santiago y el obispo de Oviedo para oficiar el acto en La Colegiata. También asistieron los duques de Maqueda, descendientes de doña Teresa Enríquez.
Por la tarde llegaría el cardenal primado de Toledo, Reig Casanova, en cuya ciudad se celebraba este III Congreso Eucarístico, para asistir a la procesión cuyo momento culminante lo alcanzó al llegar a la plaza de la Constitución, donde se había levantado un altar con flores naturales. Aquí, las bandas de música de Torrijos y Escalonilla, que seguían a la Custodia bajo palio, entonaron la Marcha Real ante los aplausos y vítores del público.
Después, una vez terminado aquel acto, el primado y los prelados visitaron la tumba de la "Loca del Sacramento". En su presencia se cantó el himno de Torrijos, letra de don Liberio, y música del maestro Ruiz Lanjarón.
Las cofradías de la villa desfilan en procesión con estandartes.
Torrijos, 25 de octubre de 1926 a la salida de La Colegiata.
Plaza de la Constitución de Torrijos.
El cardenal Reig Casanova en plena homilía en el altar improvisado junto al Ayuntamiento.
Plaza de la Constitución de Torrijos.
Un altar improvisado frente al Ayuntamiento sirvió para congregar a miles de fieles devotos de "La Loca del Sacramento".
Restos de Doña Teresa Enríquez
Torrijos, 25 de octubre de 1926.
Los restos de doña Teresa Enríquez son expuestos al público en el Palacio Pedro I.
ANTE SU TUMBA
Así titulaba el cura párroco Liberio González su artículo, acompañado de una fotografía del féretro de Teresa Enríquez,
para la revista El Castellano en el año 1926.
"El féretro, elegante y rico, perenne testimonio de la generosidad y devoción de la ilustre marquesa de Astorga, parece un argumento de bronce, confirmación de la victoria prometida por los labios divinos del Maestro a la bella virtud de la humildad.
Ayer, emparedado el cadáver a medio metro del piso; antes oculto en el enterramiento común de las monjas; hasta primeros del siglo pasado, escondido e ignorado en una fosa del Convento de frailes menores, que profanaron las tropas napoleónicas y destruyeron más tarde los vándalos de la desamortización; siempre esquivando la luz y el póstumo homenaje de los siglos, y siempre seguido por la Providencia, que parece luchar con el afán ocultista del espíritu que lo animara.
Aún se aprecian los rasgos salientes de su figura corpórea: su elevada estatura, los perfiles de su cuerpo, modelado en el troquel de la penitencia, las líneas de su rostro anguloso, cuyas agudas prominencias hablan de la penetración de su talento, de los atildados primores de su voluntad.
Se oye en la plaza vecina el fluctuar de compactas y piadosas muchedumbres, legión de admiradores que de remotos confines acuden a proclamar la cordura de esta "Loca". ¡Albricias! Entre las cenizas del olvido quedaba oculta una brasa capaz de incendiar el mundo. Pasó la tromba asoladora de la injusticia y comienza el viaje inextinguible, que nace de la fuente cristiana de la gratitud"
Liberio González. Torrijos, 1926
Revista "El Castellano"
BULA "PASTORIS AETERNI"
21 de Agosto de 1508
BULA FUNDACIONAL
Fue a principios de 1508 cuando doña Teresa Enríquez funda en la parroquia de San Gil la Cofradía del Corpus Christi, a semejanza de la cofradía romana de San Lorenzo. En su mente ya tenía planeado construir una nueva iglesia como sede de su cofradía, junto a su palacio y unas casas nuevas que compra muy cercanas. Pronto comenzarían los contactos con dos ilustres arquitectos: Alonso de Covarrubias y Antón Egas, encargados del proyecto por la misma señora.
Con los primeros pasos dados en Torrijos a favor de su programa eucarístico necesitaba la aprobación apostólica para dar el definitivo espaldarazo al proyecto. Es entonces cuando escribe al Papa Julio II, en 1508, informándole de su intención de construir el templo, a la vez que le solicitaba su conformidad con él. Desde Roma, el 21 de Agosto de 1508, el Papa promulga una bula, la conocida como “Pastoris aeterni”, donde se confirman las fundaciones tanto de la Cofradía de Roma como la de Torrijos.
Además expone que “la misma Teresa hace construir y edificar una casa, y en la misma casa una iglesia en que puedan los mismos cofrades hacer celebrar misas y otros oficios divinos”. Era la primera ocasión en la que una cofradía sacramental obtenía la aprobación de la Santa Sede, y había sido para la cofradía fundada en la Villa de Torrijos por doña Teresa Enríquez y la que ya estaba fundada en la Ciudad de Roma.
El templo que cobijaría a la cofradía torrijeña sería digno de admiración en su época, y considerado por muchos como “maravilloso” edificio.
Amigos de la Colegiata de Torrijos
Bula Fundacional "Pastoris Aeterni"
ORDEN DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN
21 de Junio de 1507
EL MONASTERIO DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE TORRIJOS
Desde que D. Gutierre y Dña. Teresa Enríquez compran la Villa de Torrijos en 1482 al Cabildo de la Catedral de Toledo, nuestro pueblo comienza a “sufrir” un gran cambio, tanto en el aspecto arquitectónico como en el espiritual, el económico, laboral, etc.
Comenzarán las obras del monasterio franciscano de Santa María de Jesús, la reforma en el Alcázar-Palacio de los Reyes de Castilla, la reconstrucción de la cerca o muralla de la Villa (junto con la Torre que da nombre a nuestro pueblo); también comienza Dña. Teresa a plantear las diferentes fundaciones que iba a desarrollar en los siguientes años como la fundación de conventos, hospitales y patronatos eucarísticos.
En Santa Catalina
Cuando en el año 1496 llegaron a Torrijos tres beatas desde la Villa de Ocaña, doña Teresa las recibió en su casa-palacio para que ayudaran en el reparto de las limosnas a todos los pobres que llegaban hasta allí: “E como es dicho, venida muchedumbre de pobres a la Villa de Torrijos a la fama de las limosnas grandes que esta cristiana señora hacía, mandó y ordenó [...]se juntasen infinitos pobres en el patio de su palacio [...] y ella por sus propias manos repartía el pan a los niños y las niñas, y sus criados y criadas repartían a los otros pobres”.
Doña Teresa “viendo su mucha virtud y santidad” mandó al mayordomo Luís de Torres que edificara una casa para cobijo de las tres beatas con el propósito de fundar allí un monasterio de monjas. Le encarga a su vez que lo haga en un sitio concreto de la Villa, y no en otro: el cementerio de la iglesia de Santa Catalina. Pero, ¿qué tenía de especial este punto? ¿Por qué no eligió otro lugar cualquiera dentro de los muros de la Villa?
Nos remontaremos años atrás, hasta el 31 de Marzo de 1492, cuando los Reyes Católicos decretaron la expulsión de los judíos de todos sus reinos. Para ello se fijó un plazo de 4 meses en el cual se deberían convertir o salir definitivamente del reino. En un principio se les permitió llevar consigo todos los bienes, excepto oro, plata, monedas, caballos y armas, que debían convertir en letras de cambio para poder sacarlos. Pronto surgió un gran problema, al convertirse los judíos en acreedores y deudores, sobre todo en las situaciones en las que los cristianos eran acreedores de judíos, ya que los Reyes tuvieron que nombrar jueces comisarios. En nuestro caso, desde que se hiciera público el edicto de expulsión, los Reyes Católicos debieron hacer merced a D. Gutierre de los bienes de los judíos que vivían en sus tierras, lugares y villas. Y no era la primera vez que los Reyes actuaban así, en relación con la donación de los bienes de esta comunidad a un miembro de la alta nobleza, como había ocurrido también con el duque de Alba o el duque del Infantado.
A mediados de 1492, D. Gutierre ordena a sus criados Luís de Sepúlveda, Gabriel de Tapia y Gómez de Robles que acudan a Torrijos y Maqueda para pregonar un edicto en el que se ordena, entre otras cosas, que “la segunda sinagoga de Torrijos se tome para que sea mesquita para los moros” y que las sinagogas de Maqueda “se guarden para que se haga dellas lo que mandare”. Por este documento queda claro que en Torrijos, al menos, existieron dos sinagogas, dejando la segunda para mezquita. Pero, ¿qué pasó con la primera? En mi humilde opinión “se guardó”, como las de Maqueda, para cristianizarla al poco tiempo de la expulsión, pasando de sinagoga a iglesia bajo el título de Santa Catalina de Siena. También quedó agregado a esta fundación el antiguo cementerio judío contiguo al citado edificio.
Como curiosidad, estos mismos hechos están documentados en la Ciudad de Valencia. Cuando se derriba el Real Monasterio de Santa Catalina de Siena para la construcción de una gran superficie comercial, se localizan los restos de un cementerio judío. Los inicios de la orden de Santo Domingo, en Valencia, se remontan a 1491 cuando... "tres monjas cuya fama y buen nombre era notorio en toda la ciudad, inician vida claustral en un lugar que les fue donado por el rey don Fernando"... Se trataba de una capilla y una pobre casa emplazadas en el cementerio de los judíos. Posteriormente ocuparon algunas casas contiguas y realizaron ampliaciones por donaciones, hasta fundarse en 1492 el convento.
De vuelta a Torrijos, hacia 1497, comienza la construcción del monasterio junto a la iglesia de Santa Catalina quedando las monjas recogidas en una casa “pequeña con grande edificación y ejemplo de todo el pueblo” hasta su finalización. Las obras se realizaron en un breve espacio de tiempo, agregándose a las tres beatas iniciales otras tres más. Sus nombres: María de Calderón, Abadesa; Catalina Vázquez, vicaria; Teresa de Herrera; Catalina de Saavedra; María de Saavedra y María de la Cruz. Poco tiempo después, doña Teresa acude a Roma para que el Papa Alejandro VI facultara a las seis beatas sin votos que estaban en Torrijos para profesar en la Tercera Orden de San Francisco, tomando el hábito el día 8 de Mayo de 1497. Además, el Papa ordenó a doña Teresa que las beatas siguieran sujetas al ordinario, es decir, al Arzobispo de Toledo.
Fundación de la Concepción de Torrijos
Nuevamente en el año 1507 acude Dña. Teresa a Roma solicitando, esta vez, de Julio II, la aprobación para la fundación de un nuevo monasterio bajo la reciente regla de la Concepción, aprobada por el Papa Inocencio VIII en 1489. Así, el 21 de Junio de 1507 el Papa Julio II promulgó la Bula “Inter cetera divinae majestati” por la que el convento de Torrijos pasaba a profesar en la regla. El texto de la Bula nos dice que Doña Teresa “[...]hizo edificar una casa, que está cerca de la iglesia llamada ermita de Santa Catalina, dentro de los términos de la parroquia del lugar de Torrijos de dicha diócesis, para uso y habitación de algunas mujeres beatas de la Concepción de la Beatísima Virgen María, en donde alaban a Dios; y están al cuidado y administración del Arzobispo de Toledo o religiosos observantes, en la cual al presente viven loable y honestamente; Desea ahora la misma Doña Teresa erigir en la casa e iglesia de Santa Catalina un monasterio de la orden de la Concepción de la misma Beatísima Virgen María y después de erigido dotarle de los bienes que Dios le ha dado. Por la cual de parte de la misma Doña Teresa se nos fue humildemente suplicado que con nuestra apostólica benignidad nos dignásemos dar todas las providencias necesarias y mandásemos erigir en la casa e iglesia de Santa Catalina un monasterio de monjas de la orden de la Concepción de la Beatísima Virgen María con iglesia humilde, campanario, campana, claustro, refectorio, cementerio, dormitorio y otras oficinas, en la misma conformidad que está el monasterio de monjas de la misma orden de la Ciudad de Toledo, bajo la invocación de la Concepción [...]”
El 20 de Septiembre de ese mismo año fueron recibidas en la orden por el P. Martín de Vergara, vicario provincial de Castilla.
Repentino traslado
Tras la nueva fundación del convento en la casa y ermita de Santa Catalina, la Señora de Torrijos debió tener algún problema a este respecto, ya que, dos años después tiene que trasladar el convento a la primera vivienda que tuvieron en Torrijos doña Teresa y don Gutierre, junto a su familia: el alcázar-palacio de los Reyes de Castilla.
¿Por qué tomó Dña. Teresa esta decisión tan repentina, en tan corto período de tiempo?
Varios autores de la época nos ponen en la pista:
Pedro de Salazar, OFM, nos dice que “estuvieron dos o tres años en Santa Catalina”, pero que por “la falta de agua y otras dificultades” se trasladan al palacio.
D. Juan Alonso Maldonado, en “La Vida de San Germán”, apunta que en Santa Catalina “se conservaron dos años y por lo poco aparente del sitio y la falta de aguas se trasladaron donde hoy están (palacio)”.
Ambos autores coinciden en sus causas, aunque podríamos poner en duda la falta de aguas, ya que pocos años después se fundaría el Hospital de la Santísima Trinidad sobre las mismas dependencias. En cuanto a “lo poco aparente del sitio” y “otras dificultades” podrían referirse a la verdadera causa del repentino traslado: la fundación de un monasterio o lugar de oración cristiano sobre una sinagoga judía, y el consiguiente interés que había tomado este asunto para la Santa Inquisición. El caso es que a finales de 1509 doña Teresa, para evitar males mayores, trasladó el Convento de la Concepción al alcázar-palacio, reestructurando las dependencias para la clausura. Prueba de ello son las pinturas murales fechadas en 1510 del refectorio monacal, recientemente restauradas y sacadas a la luz.
Amigos de la Colegiata de Torrijos
Convento de las Concepcionistas en Torrijos
Años: 1507 - 1509
Futuro Hospital "Santísima Trinidad"
Convento de las Concepcionistas en Torrijos
Años: 1509 - 1975
Actual, Ayuntamiento de Torrijos
Convento de las Concepcionistas en Torrijos
Años: 1975 - actualidad
MONASTERIO SANTA MARÍA DE JESÚS
1492 - 1869
LA HISTORIA DEL MONASTERIO
Gutierre de Cárdenas, a instancia de su esposa, Teresa Enríquez -muy devota de San Francisco de Asís-, mandó erigir en la villa de Torrijos un monasterio de Religiosos Observantes de la Orden Franciscana, para lo que obtuvo autorización mediante una bula expedida por el Papa Inocencio VIII (Bula «Cum sicut nobis», de 24 de marzo de 1491).
El monasterio se fundó bajo la advocación de Santa María de Jesús y las obras comenzaron en febrero de 1492, poco tiempo después de la conquista de Granada. Se edificó sobre un extenso solar a unos doscientos metros, aproximadamente, fuera del recinto amurallado, próximo al lugar que hoy ocupa la estación del ferrocarril y el campo de fútbol «San Francisco». Las obras, que duraron 10 años, concluyeron en mayo 1502. Se invirtieron en ellas 130.000 escudos de oro.
En agosto de 1809, tras la batalla de Talavera y después del incendio de San Juan de los Reyes por las huestes napoleónicas al mando del general Bellume (26 diciembre de 1808), el monasterio de Santa María de Jesús fue víctima de la rapacidad y vandalismo de la soldadesca francesa. Las tropas despojaron al monasterio de las alhajas, cuadros, ornamentos, mutilaron y profanaron imágenes, aniquilando en pocos días lo que fue obra maravillosa de muchos años.
Durante el trienio liberal de Fernando VII (1820-1823) se reparó parcialmente el monasterio por cuenta del estado. Las obras sólo se redujeron a lo más preciso e indispensable para el culto.
En él permanecieron los Hermanos Franciscanos hasta el 9 de marzo de 1836, en que fue decretada por el ministro Juan Álvarez de Mendizábal la famosa Ley de Desamortización. Como bienes nacionales, se enajenó la parte que había sido reedificada recientemente por el Estado. El resto de la primitiva construcción, junto con el solar y la extensa huerta del convento, fue traspasado a la casa de Altamira como heredera del patronato de la fundación. La acción del tiempo, la incuria y la ignorancia acabaría por hacer desaparecer la monumental obra.
El destruido monasterio fue comprado con todas sus pertenencias a la Casa de Altamira por un vecino de Torrijos el 9 de diciembre de 1869. Inmediatamente se procedió a la demolición de los paredones para vender sus ricos materiales que tuvieron como destino edificaciones de casas y construcciones de puentes, casetas y estaciones del Ferrocarril del Tajo.
Ruinas del Monasterio de Santa María de Jesús. Vista 3D del edificio desaparecido
PALACIO DE ALTAMIRA
s. XV - Comienzo del S.XX
LA HISTORIA DEL PALACIO DE ALTAMIRA
Don Gutierre y su esposa doña Teresa Enríquez, mandaron construir en la Villa de Torrijos: el monasterio franciscano de Santa María de Jesús (el Segundo San Juan de los Reyes), los hospitales de la Consolación y de la Santísima Trinidad, el palacio de los duques de Maqueda o de los condes de Altamira, y la obra cumbre del arte torrijeño, la iglesia colegial del Corpus Christi o del Santísimo Sacramento.
De todo este esplendor artístico del Torrijos de fines del XV y comienzos del XVI sólo quedan dos monumentos: la colegiata del Santísimo Sacramento y el hospital de la Santísima Trinidad, en cuya capilla se venera la imagen del Santísimo Cristo de la Sangre. Asimismo, el palacio de don Pedro I el Justiciero, del siglo XIV, fue transformado por don Gutierre y doña Teresa en palacio gótico-renacentista, para ser destinado, en principio, para residencia de su malogrado primogénito don Alonso, y, posteriormente, tras la muerte de don Gutierre, en convento de monjas de la Inmaculada Concepción.
El Palacio de Altamira fue tomado como modelo el Palacio de Ocaña y emplazado en la antigua plaza del mercado y actual Plaza de España con una superficie de unos 8.050 metros cuadrados. De arrogante portada gótica y magníficos salones mudéjares, y añadiendo el estilo renacentista en sucesivas reformas llevadas a cabo por sus herederos.
Tras su compra por particulares a principio del siglo XX y puestas a la venta todas sus riquezas, en Torrijos no quedó casi nada del palacio, viajando sus pertenecías a los lugares más diversos: en la finca “El Alamín”, en el término de Santa Cruz de Retamar, se conserva la portada principal y un artesonado; en Oropesa (Toledo) don Platón Páramo compró uno de los artesonados de los cuatro salones, en concreto el que se encuentra hoy en día en la sala XXXV del Museo Arqueológico Nacional, así como la portada de acceso al Salón Liceo, yeserías y paneles de cerámica; los otros tres artesonados pertenecientes a los salones cuadrangulares se encuentran uno en el Museo Young Memorial de San Francisco (USA), otro en el Victoria and Albert Museum de Londres, y el tercero, denominado “la Martina”, en el castillo de Villandry, en el Loira (Francia).
Puerta del Palacio de Altamira
Patio del Palacio de Altamira